
Entrevista a Paco Beret: «Gestionar las protestas es lo más complicado»
En el artículo de esta semana os traemos una entrevista con uno de nuestros compañeros árbitros. Paco Beret nos cuenta su experiencia con el silbato, desde sus inicios, hace ya 18 años.
¿Qué es para ti arbitrar?
Uf, es una muy buena pregunta. Para mí es una manera de seguir ligado al baloncesto y de mantener una actividad deportiva constante que me ayuda a completar mi vida. No me la imagino sin arbitrar, la verdad.
¿Cómo y cuándo empezaste a arbitrar?
Empecé en la temporada 2003-2004. El curso lo empecé en el verano de 2003, tenía 12 años y en mi primer partido oficial tenía 13. Antes no existía el límite de edad mínima. Eso el cuando. ¿Cómo? Era anotador en Tres Cantos, donde era jugador. Me enseñaron a confeccionar las actas, las cruces y tal. Como todos al principio. Poco a poco, y gracias a Estefanía, una compañera, aprendí a confeccionar una acta oficial. Al realizar algunos partidos me decidí a hacer el curso. En un principio como anotador. Antes no se diferenciaba entre anotador y árbitro. Nunca me imaginé que iba a terminar como árbitro. Yo quería ser auxiliar de mesa, pero ya ves, al final me enganchó más el silbato que el cronómetro.
¿Te apoyaron tus padres/amigos?
La verdad es que sí. Siempre me han apoyado en todas mis locuras. Cuando les dije que quería hacer el curso me animaron a enviar un correo electrónico a la federación. Y así fue. Hice el curso en Alcobendas. Recuerdo a Nacho Pereda impartiéndolo. También a Jose Laguna.
¿Qué referentes has tenido?
Figuras en las que me haya fijado la verdad es que no tengo. Nunca me ha llamado la atención. Es más, siempre he querido tener mi propio estilo, con sus virtudes y defectos. Siempre he tenido apoyo de mis compañeros. No me puedo olvidar de Alex Moreno, Jose Laguna… Cuando he necesitado apoyo son los que realmente han estado ahí. Laguna ha sido mi padrino arbitral por cómo ve las cosas y el arbitraje, y por cómo me lo ha transmitido.
¿Te has encontrado algún episodio difícil? De ser así, ¿cómo lo has gestionado?
Sin duda, el episodio más complicado y atípica fue la agresión a Marta Urquiza. Un chaval de 16 años, recién ascendido a autonómicas, con el partido ya acabado a 6 segundos para el final la agredió y la dejó inconsciente en el suelo. Estuvo varios días en el hospital y muchos meses de baja en su trabajo. Fue una situación grotesca y muy difícil de gestionar. No me quedo con nada de aquello, la verdad. Creo que fue algo aislado y nada representativo del baloncesto madrileño, pero te genera una sensación de indefensión.
¿Qué miedos tuviste en tus primeros partidos?
Al ser tan inconsciente, miedo no sentí ninguno (risas). Claro que tienes algunas inseguridades y cometes errores, pero la clave es disfrutar. La gestión de situaciones de protestas es lo más difícil de gestionar. No sé cuántas charlas sobre control de partido habré escuchado. Ninguna me ha servido tanto como arbitrar partidos y partidos. La experiencia es clave para resolver según qué contextos. Aprendes a afrontarlas. Al principio hablaba mucho y a veces no es la mejor solución.
Tu primer partido. ¿Qué recuerdas?
No recuerdo absolutamente nada, ni de qué categoría, ni si lo arbitré con alguien… Sé que fue en Tres Cantos y poco más.