
Prepararse físicamente para volver a las canchas
Protocolos, restricciones, parones de actividad. El deporte ha tenido que adaptarse a la nueva realidad mundial. No iba a ser menos. Tal es la anormalidad que hasta hemos visto a jugadores de baloncesto con mascarilla (en la Liga EBA, miembros del Real Madrid o el Pozuelo de Alarcón). ¿Cómo habríais reaccionado si os lo hubieran dicho en el mes de febrero de este mismo 2020?
Como dijo Darwin, “la especie más fuerte no es la que sobrevive más tiempo o la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios”. Y en eso estamos.
En este artículo vamos a hablar de cómo se puede preparar uno/a para el regreso a las canchas. Para ello hemos hablado con Aitor Piedra, preparador físico en el Femení Sant Adrià y el CB Cornellà. No parar y no correr, a simple vista una reproducción del “sin pausa pero sin prisas” de Melendi, es el mensaje más claro que nos quiere trasladar Piedra.
De entrada, es importante entender el contexto en el que vivimos: “Esta es una temporada completamente atípica, con parones que nunca sabes cuando pueden llegar porque no dependen 100% de ti”, comienza Piedra. “Lo más importante es tener controladas las cargas físicas y conocer tu estado. A partir de ahí vas implementando cargas en los entrenamientos para mejorar el rendimiento”.
¿Qué ocurre en caso de parón? Aitor Piedra expone alguna de las claves: “Este es un tema complejo. Si el parón llega por estar en contacto con un caso positivo por COVID, son mínimo 10 días. SI lo tienes tú, dos semanas. Y si cierran instalaciones no tienes una fecha exacta de regreso. La clave en todo, siempre que la salud lo permita, es no parar. Hay que seguir trabajando en casa simulando que estás en la pista. Es necesario, o recomendable, diseñar un plan que te permita mantener las demandas de la competición. Hacer entrenamientos de alta intensidad a nivel general (cardio, saltos de frecuencia cardíaca…), y también específicos (giros, cambios de ritmo…).
¿Y cómo preparamos la vuelta a las pistas? Piedra nos relata en primera persona cómo lo ha vivido él en sus respectivos clubes: “Evidentemente el regreso tiene que ser progresivo. Por eso es importante intentar no parar de hacer cosas en casa, controlando la carga pero estimulando los músculos. Si no se puede caer en una atrofia. Los jugadores al inicio vuelven con entrenamientos sin oposición y oposición reducida. Se puede apostar por un trabajo aeróbico, y poco a poco intentar simular ya un partido, 5×5, con ritmo alto…”.
Piedra simplifica un poco la idea: “En el fondo es usar el sentido común. Si llevas días sin hacer una serie determinada de gestos, no puedes forzar. Sobre todo porque el riesgo de lesión aumenta. Aunque haya habido mantenimiento, no es lo mismo. Es importante también marcarse unos plazos. Siempre sin correr ni forzar, porque, como se suele decir, puede ser peor el remedio que la enfermedad”.
Queda claro que el retorno a la actividad será complejo. Sobre todo físicamente. No queda otra que medir esfuerzos, mantener siempre el cuerpo activo… y disfrutar del juego con responsabilidad.